Productos biológicos y biorracionales en la agricultura: más que una tendencia, una realidad

La sostenibilidad como respuesta a las demandas del consumidor

En los últimos años, la agricultura se ha enfrentado a una serie de desafíos significativos: desde la creciente presión sobre los recursos naturales hasta la urgente necesidad de abordar las preocupaciones sobre la seguridad alimentaria y la salud ambiental. En este sentido, la tendencia hacia la producción agrícola sostenible, de la mano de productos biológicos y biorracionales, se ha convertido en una fuerza impulsora que redefine la relación entre productores, consumidores y el medio ambiente.

De esta manera, la industria ha experimentado una transformación importante, impulsada por cambios en los hábitos de consumo especialmente derivados de la pandemia en 2020, que limitó la movilidad y llevó a un aumento en la producción de alimentos en el hogar, lo que ha influido en la manera en que los consumidores perciben y eligen sus alimentos, pues cada vez están más informados y preocupados por la calidad de los productos que adquieren.

Regulaciones más estrictas y cambios en los hábitos de consumo

“Eso ha dado pie a que el consumidor esté obligando a los proveedores a que les aseguren que sus alimentos estén seguros de plaguicidas o contaminantes. Eso ha hecho que los países establezcan regulaciones más estrictas. El ejemplo más importante es Europa, donde están tratando de minimizar el uso de los agroquímicos, seguidos de Estados Unidos y Canadá”, comparte Darío Isauro, consejero técnico de Vestaron México.

Agrega que México, siendo un importante proveedor de hortalizas hacia Estados Unidos, también se ve afectado por estas tendencias globales, pero no sólo debe tomar acciones en los productos que exporta, sino también en el mercado doméstico.

Esta demanda de productos alimenticios seguros, dice, ha llevado a un énfasis en la trazabilidad y certificación de productos, agregando un valor para productos que cumplen con los estándares de seguridad y garantizando a los consumidores que los alimentos que ingieren están libres de plaguicidas y son seguros. Lo que ha permitido la aceptación y promoción de productos biológicos y biorracionales en el mercado.

La respuesta a estas demandas ha llevado al surgimiento e implementación de este tipo de productos en la agricultura. “La Cofepris en México ha desempeñado un papel crucial al ser más estricta en la revisión de información y limitar el uso de agroquímicos, fomentando así el uso de alternativas más seguras”, menciona Isauro.

El consumidor es el rey

“Quien está dominando las reglas es el consumidor. Entonces el proveedor de alimentos responde a esas necesidades y las autoridades regulatorias implementan las normas que ya están establecidas y de esa manera se crea un valor diferencial para ese tipo de productos porque esos consumidores que quieren algo seguro están dispuestos a pagar un costo extra a cambio”, agrega.

El consejero técnico comenta quela mentalidad arraigada de los agricultores hacia productos químicos está experimentando una evolución: la escasez de ingredientes activos químicos y la conciencia sobre los efectos negativos han llevado a una mayor disposición de los agricultores para adoptar productos biológicos y biorracionales.

“Ellos quieren ver productos de choque, de alto espectro y que les garanticen que van a resolver problemas, en el ambiente de los agroquímicos se les llama ‘productos de rescate’ y no de prevención. El problema que enfrentan es poca disponibilidad de éstos, por lo que sí están aceptando en mayor medida el uso de biorracionales y productos biológicos y han entendido que se tienen que capacitar para que los utilicen de la mejor manera y así los resultados también sean superiores”.

Aquí es donde Vestaron, agrega el consejero técnico, está haciendo una aportación importante en entrenar a la gente con identificar pequeños cambios que pueden propiciar mejores resultados, como el de la tecnología de aplicación porque es un factor importantísimo para que el producto funcione de manera correcta.

Futuro de la agricultura sostenible

Por su parte, Eric Viramontes, consultor en Vestaron México, sostiene que no sólo los hábitos del consumidor cambiaron, sino también su mentalidad, pues ahora, además de saber qué es lo que comen, también quieren influir en cómo y con qué se producen sus alimentos, si es seguro para su salud, para el medio ambiente y para los trabajadores.

“De alguna manera, el consumidor está más involucrado en lo que está comiendo y los proveedores tienen que responder a eso, antes había una brecha bastante interesante para poder ser competitivo en este sector. Ahora, para estos commodities tienes que exportar sí o sí, porque la única manera de ganar rentabilidad en el sector es estar en los mercados de alto valor y el hecho de adaptarte a estos requerimientos te da tu pase de entrada a ellos”, señala.

Destaca que la presión de plagas, el cambio climático y la profesionalización de las empresas agrícolas están impulsando la migración hacia productos más amigables con el medio ambiente. La responsabilidad está cambiando hacia mandos medios, lo que subraya la importancia de tener personal capacitado y de supervisión.

“Es ahí donde Vestaron está desarrollando alternativas ecológicas que son amigables al medio ambiente, que no tienen consecuencias al trabajador, que son de fácil uso y que su aplicación es mediante un estricto programa que tienes que cumplir. Esto es a lo que va migrando la agricultura: a productos más amigables, pero con manejos más estrictos y con precisión en la manera de aplicar bastante rigurosa”, menciona Viramontes.

Y añade que el desarrollo de tecnologías de aplicación precisa es un factor crucial para garantizar que los productos se utilicen de manera eficiente y efectiva. La capacitación de agricultores en la identificación de pequeños cambios que pueden mejorar los resultados, así como en el uso adecuado de la tecnología, es esencial para el éxito de esta transición hacia la agricultura sostenible.

Desafíos en campo abierto

Eric Viramontes aclara que al hablar de campo abierto, también existen otros aspectos que se deben tomar en cuenta: tiene que ser una agricultura de disciplina porque un producto no te va a salvar de perder tu cosecha, se debe integrar un programa profiláctico y bien estructurado. Tiene que ser un plan de control y detección puntual, y también trabajar con los vecinos y hacer controles colectivos.

“Lo que sí podemos hacer es que con el uso de productos como el nuestro, mediante un programa estricto, tú puedes bajar drásticamente el uso de los agroquímicos con un plan de control y sólo utilizar agroquímicos en un caso necesario”.

Vestaron, con su enfoque en opciones ecológicas y capacitación de agricultores, está contribuyendo en gran manera a esta transición. Sin embargo, aún hay mucho por hacer y la colaboración continua entre productores, consumidores, entidades regulatorias y empresas será crucial para garantizar un mejor futuro agrícola.

La tendencia hacia productos biológicos y biorracionales en la producción agrícola es innegable y está respaldada por cambios en los hábitos de consumo y regulaciones más estrictas. Así, la agricultura sostenible se presenta como el camino a seguir, con la participación activa del consumidor y la adopción de prácticas amigables con el medio ambiente.

México, dice Viramontes, depende de un mercado de alto valor, de los mercados internacionales, y es un tema obligatorio para poder ingresar a estos mercados cumplir con estas demandas del consumidor. “Esa es la tendencia y es la razón de nosotros en Vestaron estamos tratando de trabajar con los agricultores con nuestras alternativas porque ya es una realidad. El mundo cambió, te van a quitar herramientas y exigir los resultados y es ahí donde nosotros queremos ayudar”, finaliza.