La estacionalidad agrícola en el T-MEC y las blueberries

Con casi 500 millones de consumidores, la región de América del Norte representa el mercado más grande del mundo. Para México, el tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá (antes TLCAN, ahora T-MEC) ha permitido que las exportaciones tengan un superávit constante con un crecimiento de hasta 800%. Por su desarrollo, la producción hortofrutícola ha sido un caso de éxito en este rubro, pero algunos de sus productos -como las blueberries o moras azules- han estado en el centro de un intenso debate entre algunos productores y autoridades estadounidenses. Estos han estado promoviendo la aplicación de medidas de estacionalidad agrícola para limitar la importación de este tipo de frutos. ¿Qué postura tomar frente a este panorama?

En México, la actividad hortofrutícola aporta en promedio cerca del 40% del valor total de su producción agrícola, genera casi 1.4 millones de empleos de jornaleros y contribuye a la balanza comercial superavitaria con un promedio de 196,220 millones de pesos anuales. En relación con EU, nuestro país participa con casi 70% de las importaciones de hortalizas y más del 50% de las frutas. Las ventas mexicanas de estos productos hacia el vecino país del norte, tan sólo en 2019, alcanzaron más de 15 mil millones de dólares.

Uno de los principales logros al firmar el T-MEC fue la inclusión de un favorable capítulo agropecuario que no sólo mantiene, sino fomenta el libre comercio de bienes agroalimentarios sin las restricciones de la estacionalidad. El principal atributo de este tratado es la certeza jurídica que genera, por lo que el cambio de reglas erosiona su valor estratégico, amenaza la agricultura libre, la transparencia del comercio y viola las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

El año pasado, algunos productores y autoridades estadounidenses promovieron la discusión de las medidas de estacionalidad para productos como las berries, los pimientos, los espárragos, la berenjena, los pepinos y la calabaza, entre otros. En septiembre, en pleno periodo electoral, la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (USITC, por sus siglas en inglés) inició una investigación de salvaguardia global para determinar si las importaciones de las blueberries son causa sustancial de un supuesto daño a la industria, especialmente a los integrantes de la Alianza Americana de Productores de Blueberry, una asociación nacional que agrupa a agricultores y productores provenientes de estados como California, Florida, Georgia y Michigan.

Desde aquel momento, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), la Secretaría de Economía (SE), el Senado de la República y el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) han trabajado en conjunto para rechazar la estacionalidad agrícola con una respuesta estratégica basada en medidas espejo. Esto quiere decir que, con base en investigaciones para determinar un listado de productos importados de EU susceptibles de recibir un arancel compensatorio, nuestro país manifestaría de manera enérgica su inconformidad hacia la práctica comercial desleal que implica la estacionalidad.

El pasado 12 de enero, una representación federal mexicana, encabezada por la SE, participó en la audiencia pública de la USITC en el marco de la investigación sobre las importaciones de moras azules. En el evento, las autoridades de nuestro país negaron la existencia de una amenaza de daño a la industria de EU y destacaron la complementariedad que existe entre las exportaciones mexicanas y la producción doméstica de nuestro socio comercial.

Seis días antes, la Coalición para el Progreso y Salud del Blueberry había manifestado su oposición a las limitaciones de estas importaciones. Esta organización estadounidense, compuesta por productores, intermediarios e importadores, presentó argumentos que se alejan de la política proteccionista presentada en septiembre de 2020. Al contrario, la Coalición afirmó que las importaciones de blueberries no representan una causa sustancial de daño a la industria doméstica, dado que se encuentra saludable, floreciente y capaz de responder al mercado estadounidense que demanda todo el año este nutritivo fruto.

Los tiempos políticos tienen injerencia en las actividades económicas, es un hecho. Cabe preguntarse cómo resolverá la nueva administración de Joe Biden esta controversia, promovida en buena parte por el estilo político del anterior gobierno, el periodo electoral de 2020 y la crisis de la pandemia por COVID-19. Sin embargo, lo fundamental es que México mantenga la unidad entre el sector público y privado para defender los derechos del sector agroalimentario que derivan de los acuerdos comerciales ya establecidos. El caso de las blueberries puede repetirse con otro producto y en el marco del tratado con otro país. La defensa vigorosa de nuestros derechos, entonces, deberá centrarse siempre en el sistema legal que, a su vez, dio lugar a los acuerdos internacionales que suscribimos. La experiencia con el T-MEC nos está marcando la pauta.

Autor:
Juan Cortina Gallardo
Presidente del Consejo Nacional Agropecuario
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