La producción sustentable de vegetales conectada y basada en datos es el futuro

Junto con socios corporativos y académicos, BASF Vegetable Seeds está avanzando en la aplicación de conceptos de cultivo autónomo. La empresa ya ha aplicado el concepto a la producción de semillas, el cultivo de una variedad de tomate y la selección de variedades de lechuga hidropónica, y un nuevo proyecto para pepino ya está en marcha.

“En BASF Vegetable Seeds queremos que la alimentación saludable sea agradable y sostenible. Por lo tanto, creemos firmemente en el desarrollo de un sistema de producción conectado, basado en datos, automatizado y sostenible que tenga en cuenta las necesidades de los consumidores”, dice Anne Jancic, Marketing y Desarrollo Comercial High Tech de BASF Vegetable Seeds.

En el cultivo autónomo, los sensores, las cámaras, la recopilación y el análisis de datos se utilizan para predefinir los entornos de crecimiento con la ayuda de algoritmos e inteligencia artificial (IA). Estas tecnologías integradas pueden optimizar insumos como energía, agua y el equilibrio de elementos nutricionales para crear las condiciones más óptimas para el crecimiento. Pueden reconocer las condiciones ambientales que afectarán el rendimiento, la previsibilidad del rendimiento, un mejor manejo de las enfermedades de los cultivos, así como la calidad futura de la fruta, el sabor o el contenido nutricional de las verduras y tomar medidas en tiempo real. “Las computadoras pueden tomar decisiones complejas mucho más rápido y aprender basado en los resultados mucho más rápido que nosotros”, agrega Anne Jancic. “Eso no significa que ya no se necesiten productores especializados. Simplemente significa que podrán hacer un mejor trabajo utilizando las oportunidades que ofrece esta tecnología».

El objetivo es proporcionar una receta de cultivo para cada variedad que comercializa BASF, explica Anne. «El productor puede visualizar el rendimiento de la variedad durante el crecimiento desde un panel de control simple y obtener comentarios digitales en tiempo real, mejorando el rendimiento de nuestra genética y, por lo tanto, el beneficio de nuestros clientes».

Los beneficios son múltiples: el sistema no solo es altamente confiable debido a la menor intervención humana, sino que también reduce la necesidad de adquirir experiencia durante varios ciclos de cultivo o contratar especialistas cuando los productores comienzan con un nuevo cultivo. Menos recursos como agua y energía y una producción más alta y más confiable tienen efectos de sostenibilidad significativos.

Progreso en alianzas

Dado que conceptos integrados como estos requieren un enfoque integrado, BASF está trabajando junto con proveedores de la industria, institutos de investigación, productores y consultores.

Desde mayo de 2020, BASF Vegetable Seeds forma parte del programa AGROS, una colaboración entre la Universidad e Investigación de Wageningen y 26 socios privados, que busca el cultivo autónomo. El programa se centra en métodos de cultivo optimizados basados ​​en sensores, fisiología vegetal e inteligencia artificial para pepinos. “Al comprender mejor cómo reaccionan las plantas a su entorno, desarrollaremos una genética que se adaptará completamente a los nuevos sistemas de cultivo. En nuestros nuevos invernaderos de alta tecnología en Nunhem (NL) recopilamos digitalmente datos sobre cada fruta recolectada individualmente. El objetivo final es desarrollar mejores variedades”, explica Peter Kraan , coordinador de cultivos de I + D para pepinos en BASF.

El año pasado, BASF se asoció con Hoogendoorn Growth Management para adquirir experiencias con varios software y hardware de cultivo autónomo para lechuga y tomate hidropónicos. El software modular garantiza que los recursos disponibles, como el gas natural, los fertilizantes y el agua, se utilicen de la forma más eficiente posible, lo que ayuda a minimizar los costos y las emisiones de CO₂ y a maximizar la rentabilidad de los cultivos.

“Además del enorme aprendizaje que obtuvimos en la gestión del clima moderno, hemos visto enormes oportunidades para mejorar nuestros propios procesos y agregar valor a nuestra genética. Utilizando los principios de Growing by Plant Empowerment (GPE) para controlar el equilibrio de las plantas y optimizar la actividad fotosintética, pudimos aumentar significativamente la velocidad de crecimiento de la lechuga hidropónica y, al mismo tiempo, mejorar la calidad del cultivo ”, explica Martin Voorberg, R&D Capital Investment Venture Manager en BASF Vegetable Seeds. “Tuvimos la misma experiencia con tomates de alta tecnología cuando la producción fue mayor durante los meses de invierno en comparación con las referencias de los productores profesionales. Como consecuencia, aumentaremos nuestras inversiones en las instalaciones de ‘s – Gravenzande para preparar todos los aspectos del invernadero para el cultivo autónomo.

¿Qué es Growing by Plant Empowerment (GPE)?

“Plant Empowerment es un paso hacia un cultivo sostenible y rentable, que permite a las plantas producir sus frutos de una manera eficiente y sostenible, equilibrando la entrada y la salida; eso es en lo que también creemos para el futuro cultivo de hortalizas”, explica Anne Jancic.

“Estamos desarrollando una genética poderosa para el horticultor profesional y la cadena de valor de hortalizas. Pero sacar lo mejor de esa genética y ofrecer verduras que a la gente le encanta, es siempre un esfuerzo conjunto con los productores, los proveedores de invernaderos, las universidades y toda la industria.”

«Creemos que la colaboración y las sinergias son clave y contribuyen al desarrollo de innovaciones aún más inteligentes: el cultivo autónomo y el movimiento hacia un invernadero inteligente real es uno de los mejores ejemplos de esto».

Para más información:

BASF
www.basf.com