Quisiera aprovechar la situación global que estamos viviendo y nos está retando como sociedad, para hablar sobre la cadena de suministros existente en el sector alimenticio, el cual nos permite tener un abastecimiento de alimentos en los mercados y supermercados para ser aprovechados por nosotros en el momento que tengamos la necesidad de ir a comprar alimentos. Pero ¿te haz preguntado cual es el proceso por el que pasan los vegetales para que sean consumidos por nosotros?
Primero hay que sembrar, cultivar y cosechar en nuestros campos; después hay que enviar todo a otro lugar para desinfectar, procesar y empacar los productos (y donde en algunos casos este proceso es inexistente). Después de ser empacados, estos se envían a diferentes centros de distribución para ser transportados a todos los diferentes puntos de ventas en todas partes del mundo, ya sea por vía terrestre, aérea o marítima, para finalmente ser puestos en los anaqueles o centrales para la venta al consumidor final.
Anteriormente ya habíamos mencionado la distancia promedio mundial que recorre una lechuga desde el campo, al punto de venta, y que aproximadamente recorre hasta 3,700 km para llegar a tu mesa, misma distancia que hay entre la Ciudad de México y San Francisco, California.
Es momento de preguntarnos cuales son las implicaciones de esto. A parte de la importante huella de carbono que el transporte de alimentos genera, imagínense que por alguna causa mayor, algo que normalmente no tenemos previsto, nuestro sistema logístico de transporte de alimentos se ve comprometido. El único resultado de esto es una “crisis alimenticia” por desabastecimiento de alimentos .
La realidad es que actualmente como sociedad, estamos empezando a ver los efectos de una posible crisis causada por una pandemia (en este caso el COVID-19) sobre nuestro sistema de producción y distribución de alimentos.
Debido a las medidas de cuarentena necesarias para disminuir la tasa de contagios, la producción de alimentos se empieza a ver comprometida y ahora más que nunca las personas se cuestionan sobre la inocuidad de sus alimentos por un bajo control de las medidas sanitarias por las que pasan estos productos. Los gobiernos se están dando cuenta que no es factible aplicar medidas de cuarentena a ese sector e inclusive relajar restricciones en las fronteras para los trabajadores temporales que van de un país a otro en temporadas de siembra y cosechas.
Ahora imaginen la posibilidad de producir diferentes tipos de vegetales cerca del consumidor final y que estos vegetales no tengan que pasar por un sin fin de personas para que puedan ser consumidos, por lo que el riesgo de contagio seria muy bajo y al mismo tiempo podríamos estar garantizando un abastecimiento constante de alimentos sin que haya problemas por cierre de fronteras, puertos y transporte aéreo.
Eso es posible el día de hoy gracias a la “agricultura urbana indoor”, con la cual podemos producir grandes cantidades de vegetales de alta calidad y abastecer la demanda local, sin depender de la región, clima, temporada del año o algún evento que ponga en riesgo nuestro sistema logístico de trasporte de alimentos, como alguna crisis económica con el petróleo o epidemias como lo estamos viviendo ahora.
En Verde compacto estamos comprometidos en ofrecer soluciones innovadoras a este tipo de problemáticas, y entendemos esta crisis como una oportunidad para ser conscientes sobre el impacto de lo que consumimos y lo frágil que es el sistema en el que vivimos, seamos juntos parte de la solución y transformemos la manera en la que producimos y consumimos.
Quedamos abiertos a tus comentarios y esperamos volver a leernos en un próximo post.
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Autor:
Jorge Lizardi Succar | Cofundador Verde Compacto