La solarización para desinfección de suelos

La solarización es el método con el que conseguimos una desinfección del suelo mediante radiación solar de forma totalmente ecológica. Si aprendemos a combinar esta técnica con algunos productos (o no), podremos conseguir niveles de desinfección comparables a otros métodos mucho más costosos.

Breve introducción a la solarización

Antiguamente, en la agricultura tradicional se realizaban técnicas como rotación de cultivos, barbecho y restitución de nutrientes con los que se conseguían buenos resultados. Actualmente, en pleno siglo XXI con la agricultura intensiva, no muchos productores no se pueden permitir dejar el terreno sin cultivar. Con la repetición del cultivo, a menudo aparecen plagas y enfermedades que realizan parte de su ciclo en el suelo, generando problemas para las siguientes producciones.

¿En qué consiste la solarización?

La solarización se basa en cubrir una porción de terreno con un acolchado de polietileno con el objetivo de calentar un suelo húmedo o en tempero y reducir la carga microbiótica.

El procedimiento de la solarización

Antes de proceder al acolchado del terreno se tendrá que realizar una serie de procedimientos. El primero de ellos es realizar una labor profunda con subsolador seguida de un pase para romper los terrones o trozos grandes de tierra.

Para efectuar la solarización, el terreno ha de tener suficiente humedad. En el caso de que la parcela esté seca se procederá a efectuar un riego mediante goteo o por inundación. Seguidamente se colocará el plástico correctamente, evitando huecos y enterrándolo correctamente para  que no  pueda ser  arrancado por acciones del viento.

La duración concreta de esta técnica debe durar 30 días como mínimo, con una recomendación óptima de 45 días.

¿En qué época efectúo la solarización?

Al ser un procedimiento de calentamiento del suelo por efecto de los rayos solares, la mejor temporada para realizarlo es en verano. Los meses de julio y agosto son los mejores indicados para realizar esta técnica. E el caso de que por motivos de calendario no se pueda efectuar en los meses óptimos de verano, mediante una suma de procedimientos, como el uso de estiércol o fumigantes se pueden conseguir buenos resultados desde mayo hasta octubre.

Veamos un ejemplo de las temperaturas conseguidas con la solarización y su comparación con un ensayo sin lámina.

Ensayo con lámina simple

A una profundidad de 8 cm en las horas de máximo sol (12 a 16 h): 42,5º C

A una profundidad de 16 cm en las horas de máximo sol (12 a 16 h): 37,5º C

A una profundidad de 32 cm en las horas de máximo sol (12 a 16 h): 35º C

Ensayo con lámina doble

A una profundidad de 8 cm en las horas de máximo sol (12 a 16 h): 47,5º C

A una profundidad de 16 cm en las horas de máximo sol (12 a 16 h): 43º C

A una profundidad de 32 cm en las horas de máximo sol (12 a 16 h): 40º C

Ensayo sin lámina

A una profundidad de 8 cm en las horas de máximo sol (12 a 16 h): 35º C

A una profundidad de 16 cm en las horas de máximo sol (12 a 16 h): 31º C

A una profundidad de 32 cm en las horas de máximo sol (12 a 16 h):29º C

Estudio realizado en la Comunidad Valenciana

La diferencia de temperaturas a lo largo del día, con una variación entre noche y día de 20º C contribuye a un efecto «pasteurizador». Las altas temperaturas reducen la carga de patógenos en el suelo, hasta conseguir eliminar por completo la enfermedad en situaciones de gran temperatura y cambios bruscos por la noche.

Además, el sistema no funciona únicamente por el cambio de temperaturas. En el caso de que el terreno disponga de materia orgánica, con las temperaturas se producen fenómenos de fermentación. Se crea un entorno con una acumulación de gases como el amoniaco, que resultan tóxicos para la fauna. Este es un método para zonas donde no se consigan grandes temperaturas en el terreno, o por ejemplo, si se practica en meses menos calurosos (mayo, junio u octubre).

Mejora de la solarización

Con la incorporación de entre 2,5 y 5 kg/m2  de estiércol o compost se obtiene el proceso fermentativo comentado anteriormente.

Si la temperatura del entorno es demasiado fría, se consiguen mejores rangos de temperatura con la solarización de doble capa.

Problemas de la solarización

Los problemas de este método no están relacionados con el proceso que realiza si no con el mantenimiento de la lámina en el terreno. Se debe evitar que la capa presente agujeros, grietas o roturas por donde se escape el calor. Así mismo, dependiendo del color de la lámina puede originar que animales consideren la capa como agua y se acerquen a la parcela, sobre todo en el caso de aves, cuyo control es muy difícil. Para el resto de animales no voladores, se solventa con la instalación de una cuerda perimetral alrededor de la lámina, mediante estacas.

Hay que evitar las sombras del entorno, originadas por árboles, montañas o casas.

Los efectos de solarización en los bordes de la parcela son muy reducidos, debido a que no se consiguen temperaturas altas. Los valores óptimos de temperatura se consiguen a 1 metro del borde.

El plástico debe estar bien tensado, evitando bolsas de aire que reducen la eficacia de la técnica. Evitar además el caso contrario, que son los agujeros o hoyos en el terreno.

Fuente:
Agromatica.es