En México se estima la existencia de 44 000 hectáreas de Berries repartidas principalmente en los estados de la región occidente del país. Estos cultivos son cada vez más demandados tanto en el mercado nacional como en los mercados de exportación, debido a esto, las Berries en la actualidad representan un alto potencial de rentabilidad. Es por ello que es importante presentar la menor cantidad de complicaciones durante la producción de la frutilla; algunos de los retos más importantes a vencer dentro de la cosecha de Berries son la inocuidad y la disponibilidad de mano de obra para el manejo de los cultivos, así como la atención a necesidades de nutrición, riego, manejo de plagas y enfermedades. (Agtech 2020)
Mientras que la concentración de la producción en las temporadas de mayor precio y el manejo de productos que no rebasen los límites de residualidad son factores que condicionan el ahorro en mano de obra y disminución de residuos, otro interés prioritario para los productores es cubrir las exigencias del mercado respecto al tamaño de fruto. Para ello, una de las soluciones es el manejo de variedades que generan frutos de gran tamaño y fruta concentrada, sin embargo, no todos los agricultores tienen acceso a éstas, por lo que la búsqueda de alternativas de manejo en el cultivo sigue
Por otra parte, los frutos de las Berries son órganos sensibles a la falta de nutrientes, por lo que una deficiencia durante su crecimiento y desarrollo puede repercutir en la calidad final del fruto. Un exceso o una deficiencia de nutrientes puede manifestarse en forma de fisiopatías en el fruto (Proain 2020). El plan de manejo nutrimental del cultivo de zarzamora y arándano depende de la demanda nutrimental de éste, del suministro del suelo y de la eficiencia de uso del fertilizante.
Los problemas comunes que se presentan a causa del riego son por una mala elección del sitio del cultivo, especialmente cuando los suelos tienen una mala aireación debido a un porcentaje inadecuado de arcilla (>20 %), lo que limita el desarrollo de raíces debido a exceso de humedad, asfixia radicular e incidencia de enfermedades en raíces. Para cultivo hidropónico de arándano, el riego debe ser de alta frecuencia y con lapsos cortos. El sistema de riego normalmente es localizado, pero se adapta a otros sistemas de riego aptos para fertirrigación. Para una adecuada elección se toma en cuenta la disponibilidad de agua, el tipo de suelo, la topografía, la disponibilidad de energía y la posibilidad de programación del riego. (Gonzales, F. 2016.)
La cantidad de agua necesaria depende de las necesidades del cultivo, esta a su vez depende de las condiciones climáticas y fisiológicas, pero de manera general la demanda de agua es de 1.5 a 3 litros por día por planta.
Otro factor que amenaza la producción de los cultivos de Berries es el ataque de diversas plagas y demás agentes patógenos, las cuales deben ser combatidas de manera eficaz, pero también responsable. Por lo tanto, las frutillas mexicanas deben presentar unas características adecuadas para su venta, especialmente la inocuidad, ya que la salud de los consumidores no debe correr ningún peligro. Por ello, debe aplicarse un manejo integrado de plagas que garantice un mínimo contenido de sustancias químicas, a ser posible ninguno.
Las plagas que afectan al cultivo de arándano son principalmente algunas especies del orden coleóptera (Aergonius sp., Asynonychus sp., Brachysternus sp., Graphognatus sp., Sericoides spp.), lepidóptera (Agrotis ípsilon, Argyrotaenia sp., Peridroma saucia, Proeulia sp), trips (Frankiniella occidentalis, Thrips tabaci), mosca blanca (Trialeurodes packardi), araña de dos puntos (Tetranychus urticae), pulgones (Ericarpis fimbriata, Myzus persicae, Aphis gossypii, Brevicoryne brassicae), piojo harinoso (Hypogeococcus festeranus), mosca del vinagre (Drosophila suzukii) y chinches (Lygus lineolaris, Chelinidea tabulata).
La cosecha de cultivos de Berries por lo regular se ve afectada por distintas enfermedades que merman el rendimiento final o la calidad del fruto. Las condiciones de cultivo, la falta de información y el manejo intensivo son factores que favorecen la incidencia de enfermedades. Las enfermedades más comunes que atacan a la planta durante el ciclo de cultivo son: pudrición radical (Phytophthora cinnamomi), amilariosis (Amillaria mellea), verticilosis (Verticillium dahliae), agallas de la corona (Agrobacterium tumefaciens), cancrosis del cuello (Botryophaeria corticis), tizón de la madera (Botrytis cinerea), tizón bacteriano (Pseudomonas syringae), roya de arándano (Pucciniastrum vaccini), leaf scorch (Xylella fastidiosa), cáncer bacteriano (Pseudomonas syringae).
Fuente:
NXTAGRO