Se considera que hay aproximadamente 70.000 especies de plagas agrícolas en el mundo, número en el cual se incluyen cerca de 10.000 especies de insectos, 150 especies de bacterias, 2.000 virus y más de 10.000 especies de hongos y Oomicetos.
Aunque hay diferencias en los estimativos de pérdidas producidas por estos agentes bióticos, de acuerdo con varios autores el total de estas supera el 30 %. Más de un décima parte de las plagas reportadas a nivel mundial ha alcanzado a más de la mitad de los países que cultivan las correspondientes especies vegetales huéspedes. Si las tendencias actuales continúan, muchos países productores estarán completamente saturados de plagas a mediados del siglo y la dispersión de esta aumentara con la ampliación numérica de los huéspedes. La dispersión global de algunas plagas ha sido rápida, pero las asociaciones de estas son fuertemente regionalizadas y siguen las distribuciones de sus huéspedes.
El objetivo del control biológico.
El manejo biológico de las plagas agrícolas tiene como propósitos fundamentales:
- Mitigar los efectos nocivos de estas y las consecuentes pérdidas económicas.
- Reducir o reemplazar el uso de plaguicidas químicos.
- Integrar las estrategias compatibles y sinérgicas para mejorar la efectividad en el manejo de las plagas.
Además de los objetivos anteriores, la implementación de los agentes de control biológico ayuda a proteger el medioambiente, a crear posibilidades para aumentar los rendimientos de los cultivos y a aumentar el suministro de productos agrícolas libres de residuos químicos para el consumidor. A pesar de los esfuerzos hechos durante décadas para promover el control biológico mediante el uso de microorganismos, su utilización aún sigue siendo limitada, si se tiene en cuenta que el mercado mundial de bioplaguicidas solo representan un 5 % del mercado de los productos fitosanitarios. Sin embargo, en los últimos años factores tales como la creciente población y las preocupaciones por la seguridad alimentaria, el rápido crecimiento de la demanda de productos libres de residuos de agroquímicos, los cambios en las prácticas agrícolas y el aumento de las preocupaciones ambientales han llevado al crecimiento en la demanda de agentes de control biológico.
Gracias a esto, la industria de bioplaguicidas está creciendo entre un 8 % y un 12 % anual, y se espera que el crecimiento para el 2020 sea entre el 15 % y el 20 %, es decir, representando una de las mayores perspectivas de crecimiento entre todos los subsectores de los agronegocios. Este panorama ha hecho que en los últimos cinco años grandes multinacionales hayan visto la oportunidad de obtener beneficios, mediante el establecimiento de nuevas unidades de negocio, ya sea realizando acuerdos comerciales o comprando medianas o grandes empresas de biocontrol.
Los cambios en las tácticas de manejo de plagas también son el resultado de factores, tales como el desarrollo de resistencia a los plaguicidas químicos, aumento del costo y de la disponibilidad de los plaguicidas y, por supuesto demanda de mercado. Los consumidores se están convirtiendo en una fuerza motriz para orientar las prácticas de manejo de plagas (fitopatógenos e insectos). Tanto las tiendas de grandes superficies como los minoristas están pidiendo estándares cada vez más exigentes de prácticas agrícolas limpias por parte de los agricultores, mientras que la opinión pública, sobre los efectos negativos de los plaguicidas también está exigiendo uso reducido de plaguicidas.
La importancia del Manejo Integrado de Plagas (MIP)
El Manejo Integrado de Plagas (MIP) tiene la capacidad de permitir una producción eficiente y sostenible de alimentos inocuos, para satisfacer las necesidades de la creciente población mundial, y de reemplazar una gran proporción de los plaguicidas tóxicos actualmente usados. Sin embargo, esto no puede verse en el contexto único de un problema fitosanitario, sino que debe aproximarse al desarrollo de programas de Manejo Integrado de Cultivos (MIC), en los que se logre un manejo eficiente de las diferentes plagas, al mismo tiempo que se utilicen programas de fertilización y riego adecuados, considerando la sostenibilidad ambiental.
Dada la gran cantidad de preguntas abiertas en relación con los componentes efectivos del MIP y sus interacciones, los investigadores tienen la gran responsabilidad de abordar los complejos problemas científicos que deben resolverse para desarrollar todo su potencial. La integración de las acciones dentro del dominio ecológico requerirá del desarrollo de nuevas investigaciones básicas y aplicadas, a cargo de grupos multidisciplinarios, en las que no solo se analicen los componentes individuales, sino los numerosos efectos sinérgicos que aumentarán la sostenibilidad de la agricultura.
Fuente:
Marina, C.A. 2019. Control Biológico Mediante el Uso de Bioplaguicidas Microbianos. Serie Fitosanidad Núm. 116. Artículos técnicos de INTAGRI. México. 3 p
Es imperativo el desarrollo del control biologico dado los impactos ambientales de los biocidas dado sus efectos residualesy sus consecuencia para todas las especies de ahi que se hace necesario que esta tecnologia debe ser accesibles tambien para los pequenos productores sobre todo en el ambito latinoamericano