«El sector norteamericano de los arándanos necesita innovar para ser competitivo» Estas son las palabras de Soren Bjorn, presidente de Driscoll’s of the Americas, ante la amenaza de imponer una estacionalidad a los arándanos de Latinoamérica.
Simultáneamente a la firma del acuerdo comercial actualizado entre los EE. UU., Canadá y México (USMCA), el gobierno de los EE. UU. se comprometió a responder a las preocupaciones del sector sobre ciertos productos básicos. Tras una audiencia celebrada en agosto, el sector nacional de los arándanos pide al gobierno que investigue el impacto que tienen todas las importaciones de arándanos en la producción nacional. Soren Bjorn, presidente de Driscoll’s of the Americas, explica por qué las barreras comerciales no solucionan las preocupaciones del sector nacional.
No hay oferta en primavera y otoño
«El sector de los arándanos en todo el mundo ha pasado por cambios significativos en la última década», dice Bjorn. «Cuando empecé a dirigir la división de arándanos de Driscoll hace 12 años, EE. UU. y Canadá abastecían al mercado interno en verano mientras que Chile y Argentina lo hacían durante el invierno del hemisferio norte. Todavía teníamos que averiguar cómo conseguir oferta en primavera y otoño», añade. «Hace una década, no había producción de arándanos en Perú, y casi nada en México, lo que presentaba una clara oportunidad de mercado».
Crecimiento de la producción en México y Sudamérica
Desde entonces, el sector ha pasado por algunas innovaciones importantes. El desarrollo de la genética, el auge de los programas de cultivo públicos y privados, las nuevas tecnologías de producción y el cultivo bajo túneles son algunos ejemplos de las inversiones realizadas. «Esas inversiones se han hecho en gran medida en países como Chile, Perú y México», apunta Bjorn. «El Gobierno peruano incluso lanzó proyectos para llevar agua a zonas que de otra manera no hubieran podido producir arándanos». Como resultado de esas mejoras, la superficie plantada y los rendimientos por hectárea aumentaron significativamente, y la producción de arándanos experimentó un crecimiento inmenso en una década.
El consumo se ha multiplicado por diez
«Este aumento de la producción ha provocado un crecimiento espectacular de la demanda», continúa Bjorn. El consumo per cápita en los EE. UU. ha crecido de 90 g hace 20 años a 950 g hoy en día. «Es una cifra impresionante y una gran victoria para los productores y los consumidores, pero creo que hay margen para aumentar el consumo a por lo menos 1,8 kg per cápita. Si el consumo de fresas es de 3,6 kg per cápita, ¿por qué el de arándanos no podría ser de 1,8 kg?».
Las barreras comerciales frenan la innovación
«Las barreras comerciales no serán la solución para que el sector norteamericano siga creciendo», afirma Bjorn. Detendrían la innovación, mientras que el aumento de la producción por hectárea y el desarrollo de nuevas variedades son claves para que la oferta y la demanda sigan creciendo. En Perú, el rendimiento de los arándanos es de 8 a 9 toneladas por acre (0,4 hectáreas), mientras que el rendimiento medio en Florida y Georgia es de 1,8 a 2,2 toneladas por acre. «No importa cuántas barreras comerciales se pongan, la diferencia de rendimientos entre los países es demasiado grande para que el sector nacional sea competitivo», expresa. Algunos productores nacionales han invertido en túneles y están viendo rendimientos más cercanos a las 9 toneladas por acre. «Ese tipo de innovación es necesaria para ser competitivos».
Nuevas variedades
En el lado del consumo, la atención debe centrarse en mejorar el producto. Aunque estados como Washington y Oregón han aumentado la productividad en los últimos años, todavía se están produciendo algunas variedades más antiguas. «Aunque se producen muy bien, les falta sabor». Las nuevas variedades tienen mejor sabor, lo que hace que los productores reciban una prima y los consumidores repitan las compras. En Sudamérica, Driscoll’s trabaja casi exclusivamente con nuevas variedades del programa de mejoramiento de la empresa, y el mercado recompensa la disponibilidad de variedades de primera calidad. «Nuestra variedad Arana se vende con la etiqueta especial Sweetest Batch y las variedades premium como esa reciben de un 30 a 40 por ciento más de FOB». Bjorn confía en que los retailers del sur recompensarán con una prima las variedades producidas localmente y de gran sabor.
Con el objetivo de mejorar el producto, existe la oportunidad de que el sector nacional mantenga el impulso de los arándanos.
Fuente:
FreshPlaza..es
Para más información:
Soren Bjorn
Presidente
Driscoll’s of the Americas
[email protected]
www.driscolls.com