A pesar de que en las últimas décadas la información y conocimiento que se tiene acerca de las raíces ha incrementado a pasos agigantados, aún está lejos de igualar lo que se conoce del comportamiento de la parte aérea de los cultivos en las diferentes condiciones a las que pueden adaptarse. La formación de un buen sistema radicular depende de muchos factores, entre los cuales podemos mencionar tanto los propios de la genética de las plantas (especie, cultivar, producción de señales químicas internas o fitohormonas) como aquellos dados por el medio ambiente (características físicas, químicas y microbiológicas del suelo, interacción con los microorganismos, entre otras). De igual manera influye el desarrollo que la misma planta tiene en relación con tales condiciones, lo que lleva a la formación de compuestos (fitohormonas, aminoácidos, etc.) en las hojas que la misma planta utiliza para estimular su sistema radical.
Un buen sistema radicular suele relacionarse con una alta capacidad de absorción de agua y nutrientes, sin embargo, algunos puntos de importancia como la formación de compuestos de defensa, tolerancia a condiciones adversas y formación de fitohormonas que estimulan parámetros en la parte aérea son dejados de lado, pese a que repercuten de forma directa en el rendimiento de las plantas; parámetro que recientemente se empezó a tomar en cuenta, ya que años atrás no se consideraba como tal. Hoy en día sabemos que estimular un buen sistema radicular es clave para obtener una planta que ofrezca calidad y rendimiento.
Debe tomarse en cuenta que los flujos de crecimiento radicular de los cultivos anuales suelen extenderse desde el inicio del crecimiento vegetativo hasta la inducción floral (momento en que la emisión de raíces nuevas se empieza a detener). En contraste, el caso de los cultivos perenes varía dependiendo de las condiciones ambientales y de la presencia de flores y frutos, por lo que generalmente presenta los flujos a inicio de crecimiento vegetativo y después de la cosecha, aunque puede haberlos en plena formación y crecimiento de frutos.
Lo anterior no significa que las raíces que dejaron de crecer no estén trabajando (aunque sí disminuye su capacidad de absorción, dado que la zona de absorción de nutrientes está detrás de la de crecimiento, por lo que es más abundante en raíces activas). Lo anterior lleva a pensar que mantener el sistema radicular activo en los cultivos anuales y perenes es de importancia absoluta, y que durante la presencia de flores y frutos también se debería tener formación de raíces.
De modo paralelo, ya sea por edad del cultivo o factores adversos, tanto cotidianos (pH del suelo, elementos tóxicos, nematodos, etc.) como imprevistos (mal manejo, toxicidad por algún agroquímico, exceso de agua, temperaturas inesperadas, etc.), el desgaste de las raíces es un tema que se debe considerar no sólo para hacer raíces, sino también para mantenerlas y recuperarlas, de ser el caso.
Rooting® es un material regulador de crecimiento comúnmente manejado para formar un adecuado sistema radicular en los cultivos anuales y perenes al aplicarse en el momento específico en que la planta, de forma natural, se encuentra emitiendo raíces. Derivado de éste, en 2019 se lanzó Rooting® AdStrong, material que contiene una tecnología de fabricación basada en compuestos (elicitores y componentes naturales) que inducen las defensas de las plantas y estimulan el crecimiento radicular. Tales características hacen que esté enfocado en la recuperación del sistema radicular y la inducción de tolerancia a condiciones adversas, tanto abióticas como bióticas, que en determinado momento pudieran ser causantes del deterioro.
Al aplicarse a las raíces (estén activas o no), las células de la planta perciben los componentes de Rooting® AdStrong, lo cual da la señal de emitir nuevas raíces vigorosas y bifurcadas, incrementando el contacto con el suelo (figura1) antes de permitir mayor absorción de agua y nutrientes, esto también activa de forma “engañosa” un sistema de protección ante el ataque de patógenos (aunque en realidad no sea el caso), lo que estimula la formación de compuestos de defensa (antioxidantes, fitoalexinas, proteínas PR, etc.) que le permiten a la planta estar preparada cuando se presente un factor adverso real. Como resultado, logra tolerar de forma adecuada las condiciones adversas y estimular la mayor recuperación del sistema radicular y de la planta (figura 2).
Rooting® AdStrong puede ser utilizado bajo tres esquemas de manejo:
- Para estimular la emisión de raíces nuevas y la activación de las ya formadas, aplicándose cuando el ciclo o edad del cultivo lleva a la degradación o baja emisión de nuevas raíces de forma natural.
- Para lograr una recuperación significativa después de atravesar una condición adversa imprevista que haya afectado al sistema radicular.
- En condiciones ambientales limitadas para la emisión de raíces o de raíces fuertemente afectadas por el entorno.
Con base en lo anterior podemos resaltar la importancia de propiciar un mantenimiento adecuado en cuestión de cantidad y actividad de las raíces durante todo el ciclo de la planta, incluso en aquellos momentos en que la planta no está generando raíces. Aunque éstas no se encuentren en formación, siguen cumpliendo la importante labor de absorber agua y nutrientes, dar anclaje a la planta y generar fitohormonas que trabajan en la parte aérea, lo que hace de la tecnología AdStrong una herramienta idónea para mantener el sistema radicular.
Fuente:
Agroenzymas.com
He usado este tipo de enrraizantes en especial el Rooting, tuve el gusto de probarlo en enrraizamiento y reproducción de plantas por esqueje y me dio buenos resultados conjuntamente con manejos culturales.
También debemos de considerar a la par el tema de nutrición que debe de manejarse de manera intrínseca con la bioestimulacion.