Estrés vegetal: cómo sufren las plantas los rigores del frío y de qué forma actuar para prevenir daños

El reciente paso de la borrasca Filomena por la Península Ibérica nos deja un intenso episodio de frío y heladas, con temperaturas bajo cero no registradas en décadas. Ha hecho mucho frío y los cultivos también lo han padecido en forma de estrés vegetal, que se produce cuando las plantas se encuentran en condiciones fuera de lo normal en términos de temperatura.

Aunque todo depende de su magnitud, el estrés térmico por frío o heladas puede provocar importantes pérdidas en los cultivos. En la práctica, existen estrategias basadas en el uso de bioestimulantes, como los que diseña, formula y comercializa Seipasa, para ayudar a prevenir y reducir los efectos negativos del estrés vegetal.

Los cultivos, ya sean hortícolas, frutales, leñosos o cereales, crecen y se desarrollan en un rango óptimo de temperaturas máximas y mínimas. Cada especie vegetal posee una capacidad de tolerancia frente al estrés vegetal por bajas temperaturas que puede diferir en función de su variedad o estado nutricional.

En el caso de las hortalizas, por ejemplo, no es lo mismo el cultivo bajo invernadero, que permite un mayor control de las condiciones térmicas, que el manejo al aire libre. No obstante, un episodio de frío extremo y descenso brusco del mercurio puede ser letal cuando se alcanzan temperaturas de congelamiento como las que hemos vivido en los últimos días.

Cuando esto ocurre se forman pequeños cristales de hielo en el exterior de las células y dentro de las mismas que limitan los procesos metabólicos de la planta. La membrana celular se endurece por el efecto del frío y ese estrés térmico afecta a procesos básicos como la fotosíntesis, la respiración o la absorción y traslocación interna de nutrientes esenciales y agua. 

En la práctica, los cultivos sometidos a esta clase de estrés por bajas temperaturas sufren mermas en su crecimiento que afectan y retrasan procesos esenciales como la floración, el desarrollo y la fructificación. Todo esto provoca pérdidas en la cantidad y calidad de la cosecha. En los casos más extremos, la planta se congela y acaba muriendo. 

¿Qué hacer ante el estrés de las plantas por episodios de frío?

La prevención para hacer frente al estrés térmico en las plantas pasa por un conjunto de prácticas culturales que incluyen la selección de variedades adecuadas, el manejo de la nutrición, el mantenimiento de las cubiertas limpias de hierba o el llamado riego inteligente para generar un ambiente lo más húmedo posible en el interior de los invernaderos. 

La aplicación de bioestimulantes también es clave para aumentar la resistencia de los cultivos y ayudarles a superar el estrés vegetal provocado por el frío. El aporte de aminoácidos, por ejemplo, es esencial para la estimulación energética y activación de procesos metabólicos en los momentos de mayor demanda de la planta. 

Ante una situación de estrés, la planta concentra toda su energía en funciones vitales y deja en segundo plano otras. En este punto en el que el consumo de energía es crítico, los aminoácidos proporcionan el empuje necesario para regular la planta y mantener su proceso de crecimiento y desarrollo de los órganos vegetalesKynetic4 es un bioestimulante de Seipasa formulado a partir de una combinación de aminoácidos precursores con aminoácidos de alto valor, cuya aplicación favorece la síntesis de proteínas específicas en estos momentos donde el gasto de energía es crítico. 

El estrés térmico provocado por las heladas puede provocar daños en las paredes y tejidos vegetales. Bryosei es una solución bioestimulante que actúa como cicatrizante y regenerador de estos tejidos. Su aplicación contribuye a que la savia fluya más rápido dentro de los haces vasculares y se transporte por toda la planta. 

Las raíces también son clave ante situaciones de estrés en las plantas, pues son las responsables de absorber y suministrar el agua y los nutrientes necesarios para su desarrollo y crecimiento. Radisei es un bioestimulante de uso radicular que incluye en su composición una cepa exclusiva de Bacillus subtilis de Seipasa que ayuda a modular el estrés generado ante condiciones muy extremas de temperatura.

La aplicación de Radisei permite la formación de una barrera biológica y física mediante un biofilm  que se instala en las raíces y establece una relación simbiótica con la misma. Radisei, así mismo, favorece el crecimiento de nuevas raíces secundarias y pelos absorbentes.

Ante situaciones de estrés vegetal provocadas por episodios de frío y bajas temperaturas es necesario ofrecer a la planta todas las ayudas a nuestro alcance. La intervención mediante bioestimulantes de eficacia contrastada es la mejor aliada del agricultor aunque, en ocasiones como la vivida con el temporal Filomena, la naturaleza se alinea con lo más crudo del invierno para dejarnos episodios inéditos e incontrolables de frío y nieve.

Fuente:
Seipasa.com